Jesús vino a este mundo a buscar al perdido y a sanar al enfermo. Su fama se extendía como fuego por todas las regiones a donde había ido, encendiendo una llama de esperanza en los más pobres y necesitados.
Con tantos testimonios que se oían y se transmitían de boca en boca, todos se preguntaban si este Jesús podía hacer por ellos lo mismo que habían oído.
Este fue el caso del oficial de rey, quien fue a buscar a Jesús, reconociendo su total impotencia para salvar a su hijo enfermo, a punto de morir.
Jesús le dijo: "Ve, tu hijo vive". Todo lo que podía hacer el oficial era creer, y lo hizo.
Al regresar a su casa, encontró a su hijo comletamente sano, y comprobó que todo lo que se decía de Jesús, es cierto.
Jesús está vivo y sigue haciendo estas mismas obras hoy en día.
Si puedes creer.